¿Te gustan las adivinanzas?, ¿Crees que tienen relación con el enigma de la existencia?
La mayoría de nuestros deseos los conseguimos con la sabiduría del corazón y no con la necedad de la violencia.
En la China imperial reinaba un emperador que estaba desesperado porque su única hija, llamada Turandot, era fría, caprichosa, despiadada y encima no quería casarse.
El emperador, harto de esta situación le dio un ultimátum:
"O te casas o te echo del palacio sin contemplaciones".
La princesa aceptó, pero puso una condición:
los pretendientes se someterían a una prueba, y si no la superaban, ella misma les cortaría la cabeza.
Al cabo de algunos días, las cabezas de los pretendientes se amontonaban en el palacio y la princesa ardía de satisfacción, Pero se presentó un apuesto guerrero para afrontar el reto.
La princesa le propuso un acertijo:
"Lo mata todo, pero el agua lo mata"
"¡ El fuego !", contestó el joven.
La princesa propuso una segunda adivinanza:
"Soy duro como una roca, pero la gente me bebe"?
El joven contestó: "¡ El hielo !".
Y llegó el momento del último acertijo:
"Es un hielo que te da fuego, y cuanto más fuego te da, más hielo se vuelve"
El joven pensaba sin encontrar respuesta, pero al ver a la fría princesa sintió tal ardor en su corazón que:
"¡ Turandot !"
exclamó plenamente seguro. Y la princesa no tuvo más remedio que caer rendida a sus brazos.
Hasta pronto.
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