" Esta actividad sirvió para cuantificar los daños "
Pero se preguntaran porque hablo tanto de la palabra CUANTIFICAR, bueno es muy sencillo, ¿han ustedes intentado alguna vez CUANTIFICAR la belleza?, de seguro muchos lo hemos intentado, creo que pocos lo habrán logrado, yo ciertamente no he podido hacerlo, creanme que lo intente con bastante ahínco, ya que tuve frente a mis ojos belleza tal, que al instante intente CUANTIFICAR lo que mis ojos apreciaron, pero me di cuenta que no hay numero posible, ni existe nada con lo que pueda compararse o usarse para tratar de medir la belleza de la que fui testigo, y eso que en realidad no tuve oportunidad de observar demasiado de ella, apenas un guillo de un ojo, el suave brillo de un cometa, una suave brisa, eso fue todo, ¡quede encandilado!, enganchado con esa corta imagen grabada en mi retina, guardada y atesorada en un rincón de mi cerebro, tatuada para siempre en mis sueños mas vividos, ¡si señores!, vi la belleza y me he vuelto un adicto de ella, pues solo quiero volverla a ver, se me ha hecho tan necesaria como el respirar, necesaria como el alimento diario, y esta belleza sera un placer privado y solo mio, así que disculpen si no les digo de que se trata, solo les diré que la verdadera belleza existe, no puede ser cuantificada, ni medida, ni mucho menos comparada, yo pude ver algo de ella y ahora solo pienso en ver mas.
Hasta pronto.
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